jueves, 17 de julio de 2008

Vecinos felicitan decisión edil de clausurar el “Uba Tuba”

Por fin recuperarán tranquilidad, dicen


La clausura del Uba Tuba (ex hotel Los Portales) es una medida edil respaldada por la mayoría de los moradores de semi rústica Mampuesto y la urbanización San Isidro. Muchos de ellos al conocer del operativo, pese a lo avanzado de la hora –casi las 3 de la mañana–, salieron a la calle rápidamente con pancartas en las que expresaban su satisfacción por el cierre de este centro de diversión.
“Esto era un clamor popular. Se hace justicia a nuestro reclamo”, señalaron los vecinos quienes evitaron identificarse por temor a que puedan originarse algunas represalias. Nos habíamos organizado y dirigido a la Municipalidad de Trujillo, a través del alcalde vecinal y mediante diversos documentos, agregaron.
Ellos, a través de denuncias públicas y reclamos ingresados al gobierno municipal local, pedían el cierre porque los ruidos molestos que generaba su funcionamiento alteraban la tranquilidad pública. Todos los viernes y sábados, e incluso algunos domingos, organizaban bailes populares con parlantes al aire libre a todo volumen.
La bulla que había durante los bailes no nos dejaba dormir. Allí amanecían bailando a todo volumen, muchas veces había peleas en la vía pública. La gente que acudía a estos bailes populares hacía sus necesidades fisiológicas en las calles, expresaron, con claras muestras de malestar por lo que venían soportando.
La gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), Bety Dávila López, explicó que con mucha anticipación los conductores de este local fueron notificados y orientados para que acaten las normas vigentes respecto a contaminación sonora y sobre el uso de su licencia de funcionamiento.
Lamentablemente el tiempo pasaba, ellos no se adecuaban a las normas y los vecinos no podían continuar soportando los ruidos molestos, ni seguir esperando para recuperar su tranquilidad y bienestar.
Por esta razón, la subgerente de Licencias de la MPT, con el apoyo de sus fiscalizadores y en coordinación con otras áreas ediles, procedió a clausurar temporalmente dicho local.
“La Municipalidad alienta y está a favor de todo esfuerzo que haga el empresariado local, pero también invoca a los inversionistas a respetar los derechos de los vecinos”, aseveró luego Dávila López.
La licencia de Uba Tuba era para restaurante y discoteca, pero según denuncias de los vecinos, habían cambiado su naturaleza y constantemente realizaban bailes populares. Siendo restaurant no tenían en funcionamiento la cocina. El local tampoco contaba con certificado de Defensa Civil.
Por otra parte, se supo que al fondo del local cerrado del Uba Tuba se están construyendo nuevos ambientes, los que recién estarían adecuados contra ruidos.
Funcionarios de otras áreas de la MPT aseguraron que seguirán interviniendo en aquellas bodegas o establecimientos similares que tramitaron licencia para funcionar como tales y sin embargo se dedican al expendio de licor, el que muchas veces es consumido en las veredas, en las calles o en los parques cercanos.
En el operativo del fin de semana, donde fue cerrado el Uba Tuba, también se clausuró “El Refugio”, de la urbanización El Bosque, y cuatro bodegas del barrio Chicago, donde personas de dudosa reputación bebían abundante licor.
PROCESO SANCIONADOR
La clausura de 30 días hábiles del Uba Tuba fue posible hacerla gracias al Proceso Administrativo Sancionador que instauró la Subgerencia de Licencias y Comercialización. La medida fue ejecutada por la Subgerencia de Ejecución Coactiva de la MPT.
El citado procedimiento regula el régimen de infracciones, sanciones administrativas, medidas de carácter provisional, las acciones a seguir en caso de detectarse infracciones de las normas ediles y los medios para su aplicación.
El Proceso Sancionador uniformiza criterios en la materialización del uso de la capacidad sancionadora municipal y encamina, en todas sus etapas, la forma como se debe proceder ante la existencia de una infracción.
Antes, para acciones similares a lo que ocurrió en el Uba Tuba, se tenía que recurrir a procesos complejos que dificultaban el accionar municipal para sancionar a quienes infringían las normas ediles y la tranquilidad ciudadana.